Aprender en casa

por | 28/05/2020

Estas semanas en familia pueden darnos una oportunidad impensada de reconectar con nuestros hijos y de ayudarlos a potenciar sus ganas de aprender, tal vez el mayor tesoro que podemos dejarles para toda la vida.

Pero, ¿cómo hacerlo? ¿Cómo ayudar a los chicos a desarrollar su autonomía y creatividad? ¿Cómo se concibe hoy la inteligencia? ¿Cómo lograr que niños y adolescentes construyan una mentalidad basada en el esfuerzo y la perseverancia? ¿Qué estrategias ayudan a manejar la frustración y a desarrollar la inteligencia emocional?

En el seminario Aprender en casa vamos a abordar éstas y muchas otras preguntas que nos suelen desvelar como adultos a partir de lo que conocemos de las investigaciones en educación, psicología cognitiva y neurociencias. Y, también, vamos a abrevar de lo mucho que nos enseñan las experiencias con chicos, familias y escuelas, que aportan ideas y orientaciones para probar en casa y generar espacios de encuentro y aprendizaje compartido.

Hablaremos del tiempo de calidad con pantallas, de la relación entre el sueño y el aprendizaje y de qué hacer cuando los chicos se aburren. Vamos a hablar de cómo acompañar las tareas de la escuela sin morir en el intento y de cómo usarlas como puntos de partida para desarrollar la curiosidad y el pensamiento crítico.

Para aprender es fundamental que haya otros que nos lleven de la mano. Una maestra apasionada, un padre o madre cariñosos, un amigo curioso, incluso el autor de un libro. Necesitamos alguien que nos muestre cuál es el camino y que recorrerlo vale la pena, pero también que se trata de un camino posible para nosotros, y que implica un esfuerzo que podemos aprender a disfrutar.

En los últimos tiempos se ha puesto de moda la idea de una educación que se centre en los intereses de los chicos. En inglés, esto se conoce como student-centered education, en contraposición a clases en las que el maestro es el protagonista y los estudiantes actúan como consumidores de información. Sin embargo, centrar la educación en los chicos no es solamente identificar qué es lo que les gusta y estimularlo. Es mucho más. El rol de la educación es ayudarlos a identificar lo que los apasiona, sí, pero también el de ampliar los bordes de su universo, abriendo la puerta a mundos nuevos, fascinantes, desconocidos.

En 1954 la filósofa Hannah Arendt decía que la educación es ese terreno en el cual “decidimos si amamos a nuestros chicos lo suficiente para no expulsarlos de nuestro mundo y dejarlos librados a sus propios medios, ni sacar de sus manos la chance de emprender algo nuevo, algo impensado por nosotros, preparándolos de antemano para la tarea de renovar un mundo
común”.

Las familias podemos hacer mucho para ayudar a nuestros hijos e hijas a desarrollar un vínculo amoroso con el conocimiento y a darles herramientas para construir y sostener sus propios proyectos de vida. Porque la decisión educativa que tenemos entre manos no es solo a qué escuela mandar a nuestros hijos, sino qué hacemos antes y durante: a qué jugamos, cómo conversamos con ellos, qué tipo de experiencias les proponemos, cómo establecemos acuerdos, qué hacemos para ayudarlos a desarrollar herramientas para la vida y hasta cómo los elogiamos.

Los espero para iniciar esta nueva aventura compartida, que espero los ayude a enriquecer su caja de herramientas como madres, padres (¡tíos, abuelos y abuelas!) y educadores de todos los contextos. 

Vamos a encontrarnos los jueves de 17 a 18.30h (hora de Argentina). Les voy a proponer diferentes actividades, vamos a tener invitados especiales y a generar un espacio de ideas y sugerencias para ensayar en casa. Empieza en junio y pueden sumarse cuando quieran.

Si te querés sumar a la aventura de cultivar y compartir con tu familia la pasión por aprender, lo podés hacer acá.

¡Los espero!

Melina