Lenguaje inclusivo: un experimento único

11/12/2020

Camila Naveira profundiza sobre el encuentro de Proxi, donde Karina Galperín habló sobre el lenguaje inclusivo.

El inicio del lenguaje inclusivo es difuso pero a nivel local una fecha importante es junio de 2018. En el contexto del primer debate por la legalización del aborto en la Cámara de Diputados, la presidenta del Centro de Estudiantes del colegio Carlos Pellegrini dio una nota hablando fluidamente en una variable del español que sorprendió a muchos porque consistía en reemplazar el masculino genérico por la letra «e». 

Si bien esto no era nuevo para algunas comunidades muy específicas, en ese momento salió a la luz. Se hizo visible que en casi todas las lenguas occidentales de habla hispana hay presente algún tipo de incomodidad. En cada país se veía como un fenómeno local pero al hacer zoom out este fenómeno de la búsqueda de un tipo de lenguaje que rehuye al masculino genérico y lo repudia, estaba presente en casi todas las sociedades desde hace muchísimo tiempo. En gran parte relacionado con el aumento de la presencia femenina en la composición de muchos ámbitos y grupos. Sin embargo, se trata de un fenómeno muy dinámico que si bien empezó relacionado al feminismo, ahora está yendo más allá de eso al involucrarse con otras discusiones. 

Para Karina este no es un intento de modificar el lenguaje con el fin de hacer avanzar causas en la sociedad, sino que es al revés: no es una lucha para que algo cambie, sino que es un uso distinto de la lengua que refleja cambios que se están dando a nivel social y cultural. 

Aún así, en relación a la cuestión de género la correlación entre las transformaciones que se han dado en los últimos 50 años y el uso de la lengua no es proporcional y pareciera faltar mucho para que se convierta en un verdadero reflejo. El lenguaje cambia mucho más lento que todo el resto, afirma Karina. La relación que cada uno de nosotros tiene con la lengua está ligada a la educación que recibimos y a cuestiones afectivas, por eso los cambios en la lengua son muy dificultosos, a nivel individual y colectivo. Los más rápidos son los cambios en relación a la incorporación de palabras, pero los cambios gramaticales como éste son difíciles y además, se trata en este caso de un fenómeno inédito en la historia de la lengua. 

En relación al rol de la RAE, Karina comenta que su verdadera función es la de reglamentar como norma un uso que ya es suficientemente amplio como para reemplazar al uso anterior, pero que la lengua cambia fuera de la RAE y como obra de los hablantes, y no al revés. 

Resulta interesante reparar en que no hay claridad absoluta sobre qué es exactamente lenguaje inclusivo: ¿la ¨e¨, la ¨x¨, el desdoblamiento? Y por eso no resulta fácil medir el avance y desarrollo del fenómeno. Estamos en un momento en el que pocas personas (salvo quienes lo militan a favor o en contra) usan variantes del inclusivo en su vida cotidiana pero, a su vez, en ámbitos y discursos públicos se usa el masculino genérico con incomodidad y hasta se expande el desdoblamiento: ¨chicas y chicos¨, ¨todos y todas¨. 

Analizando el panorama general Karina afirma que género y número son los grandes pilares de la lengua y por eso esto significa una hecatombe respecto de esas bases. Sin embargo, probablemente pase muchísimo tiempo hasta que la «e» reemplace por completo al masculino genérico. Lo que sí va a pasar cada vez más es la incorporación de ciertas palabras de uso frecuente en inclusivo, como elles, todes, chiques

En cuanto a los detractores, Karina dice que reaccionan en contra no tanto del uso modificado de la lengua sino de los cambios sociales que creen que vienen detrás. El «feo o lindo» en la lengua en realidad quiere decir «estoy o no estoy acostumbrado». El argumento más adecuado ante este perfil es remarcar que no se les está imponiendo nada y que, justamente, lo espectacular de la lengua es que cada uno elige en cada momento como usarla. Y quizás también recordar que está bien llamar a los otros como quieren ser llamados, que ante una audiencia para la cual eso significa algo no es vejatorio contra uno hacer lo que resulta afable para los demás. Los cambios sociales van por otro lado y, en todo caso, la lengua los acompaña de una manera que no debería hacerle mal a nadie. 

Camila Naveira.