Desarrollar una mentalidad de crecimiento
Hace un tiempo leí el libro de Stanislas Dehaene «¿Cómo aprendemos?», y una de las cosas que me llamó la atención fue la relación que planteó entre la curiosidad que nos genera un tema y la dificultad del mismo. El gráfico tiene una forma de U invertida. Acá les dejo una representación.
La conclusión es clara: si algo nos parece muy fácil nos aburre, y si nos parece muy difícil nos abruma, quitándonos la curiosidad. Creo que funciona como los cambios de una bicicleta. Si elegimos uno muy bajo, se pedalea fácil, pero se avanza poco (un experto diría que la cadencia de pedaleo es alta). Pero si elegimos uno muy alto, tal vez no lleguemos a pedalear ni siquiera una sola vez, y no avanzaremos nada. En ambos casos, no nos desplazaremos lo que nos gustaría.
La analogía que acabo de plantear me recordó a lo que nos contó Mariano Sigman sobre la relación que poseen las metáforas con la forma en la que entendemos el mundo. No se trata solo de un recurso narrativo, sino que significa el medio que tenemos para entender y hacer propio aquello que nos es desconocido. Les dejo este artículo donde se plantean algunas de las ideas de aquella clase.
Volviendo a la idea inicial, esta reapareció en mi mente (otra vez la metáfora… las cosas no «aparecen» en la mente) a partir de la clase de Melina Furman. La misma formó parte de la membresía Degustación de Ideas en el Instituto Baikal. Melina nos habló sobre la mentalidad de crecimiento, que consiste en un sistema de creencias que define cómo nos posicionamos ante los desafíos y nuestras propias capacidades. El término fue definido por la psicóloga Carol Dweck, y se plantea en contraposición al de una mentalidad fija.
Quienes tienen mentalidad fija consideran que el nivel de inteligencia está dado, y el feedback representa una crítica más que una oportunidad de aprendizaje. Por el contrario, una mentalidad de crecimiento disfruta los desafíos y recibe de buena manera las devoluciones, ya que no se pone en juego su autoconcepto. Les dejo su charla TED, que lleva el nombre de «El poder de creer que se puede mejorar».
La siguiente pregunta sería cómo desarrollar esa mentalidad de crecimiento. Lo que nos comentó Melina, es que tiene que ver la autoeficacia. El término hace referencia a creer en nuestra propia capacidad para tener éxito en una determinada situación. Y esa autoeficacia se promueve a través de la dosificación de los desafíos. No es bajar la expectativa del resultado final, sino hacer escalas hacia ese punto.
Otra vez, como con la bicicleta. Si quiero es ir a una velocidad de, digamos, 35 km/h, voy a necesitar un cambio alto. Pero será muy difícil alcanzarla si arranco en ese cambio con la bicicleta inmóvil. Lo correcto sería elegir uno bajo e ir subiendo a medida que aumento la velocidad. Lo mismo con los autos. Es verdad que la 5ta marcha es la ideal si quiero ir a 100 km/h, pero no es la elección adecuada si actualmente voy a 20 km/h.
Ahora… es relativamente fácil darse cuenta de que ir con el auto en primera no es lo mejor si quiero ir rápido. Te lo van a decir las revoluciones por minuto y el propio ruido del motor. Pero cuando aprendemos, no tenemos de una manera tan explícita esa información. No podemos ver las revoluciones por minuto, o escuchar el motor. No está tan claro cuándo debemos pasar de cambio. Cómo saber entonces, ¿dónde poner cada una de las metas de aprendizaje para desarrollar una mentalidad de crecimiento?
Me tomé el atrevimiento de preguntarle a Melina sobre esto. Aproveché la bajada y también conversé algunas otras cosas. Los invito a que vean el intercambio en este otro artículo.
Santiago Tissembaum
Interesante