Cuando los locos seamos más, los locos serán ustedes
Este texto fue enviado el 20 de diciembre de 2020 vía mail a los suscriptores de Baikal.
Cuenta la historia que una vez hubo unos locos que se aburrieron de la telaraña de la vida cotidiana y se empezaron a juntar para conversar sobre cosas que realmente les interesaban y crear algunas cosas nuevas.
Mientras muchos cuerdos producían más bienes y servicios que ya existían y estudiaban para llenar currículums para que los dejen producir más bienes y más servicios, estos locos se pusieron a leer a Platón, a explorar nuevos intereses, a tratar de entender en serio cómo funcionan las cosas, a invertir, a crear empresas que impacten el mundo de verdad, a escribir, a descubrir joyas de la cultura universal. Se negaban a que los encasillen. Pensaban que el mundo tenía pinceladas extraordinarias y mucho por hacer y que no tenía sentido vivir una vida de zombies ni de robots. Pensaban que se podía crear riqueza a gran escala y a la vez disfrutar de las maravillas del mundo. Y pensaban que cuanto más mejoraban su mente más riqueza podían crear y más sensibilidad para disfrutar desarrollaban.
Llegaron a pensar que con una decisión bien tomada podían tener mucho más impacto que con años de trabajo automático. Llegaron al extremo de creer que valía la pena pensar.
Algunos por suerte reaccionaron rápido y se dieron cuenta de que todo esto era una pérdida de tiempo. Que realmente no se podían dedicar a estas tonterías y que tenían que volver a hacer cosas útiles. Pero muchos locos persistieron.
Estos locos estaban tan locos que creían que las cosas se podían medir con un poquito más de tiempo y que si venían a una reunión, esa reunión aislada no tenía sentido, pero si venían a muchas, durante mucho tiempo, en su cabeza empezaban a emerger mapas que los hacían pensar de otra manera, que transformaban su mente.
Los locos se anotaban en cursos sin que les digan el programa y hasta algunos se anotaban en membresías sin que les anticipen el contenido. La gente cuerda reclamaba programas y ellos insistían en confiar en que cuando alguien hace algo que no está enlatado para vender, ese algo puede estar bueno en serio.
Este mail es para agradecerle a todas las locas y los locos que hacen Baikal posible. Los que se anotan en los cursos y las membresías a ciegas y nos permiten poner toda nuestra cabeza en hacer cosas que estén buenas y no que parezca que están buenas. Sin esa confianza no sería posible.
Tenemos grandes planes para el 2021, empezando en enero, pero eso será tema de otro mail. Por ahora, les deseamos un gran año y brindamos por la capacidad de vivir al acecho de esos momentos únicos que encontramos aún en los tiempos más difíciles.
Emiliano Chamorro