Cuando las neuronas conversan

03/12/2020

Martín Iungman nos cuenta acerca del tercer encuentro de “Esto que somos”, con Diego Golombek.

Volvemos a viajar en el tiempo y nuestra inspiración es la increíble creación del doctor Frankenstein. Diego resalta de este relato la forma en la que se lo hace cobrar vida: pasar electricidad por el cuerpo. Ningún delirio conociendo las ideas y novedades científicas que circulaban por la época. Algunos años previos a que Mary Shelley imaginara a sus famosos personajes, un tal Galvani había hecho algunos hallazgos maravillosos. Observó que pasando corriente eléctrica por ancas de ranas muertas, e incluso por muchos otros músculos, éstos se contraen. No me imagino el terror que pudo haber causado esto en el imaginario de la gente, debieron haber muchas expectativas sobre traer a la vida a los muertos. 

Pero, ¿qué era esa magia negra que estaba ocurriendo? Las células tienen un “adentro” separado de un “afuera”, separados por una membrana. Eso las define. Y entre estos espacios hay diferencias. Por ejemplo en la cantidad de partículas cargadas, y su naturaleza. Si yo pongo un voltímetro, con un electrodo dentro de la célula y otro justo en su exterior, es difícil que marque 0, hay diferencia de voltaje. Pero hay algunas células algo especiales que pueden modificar enormemente estas diferencias. Estas células, llamadas excitables, son las células musculares y las neuronas. Las neuronas lo utilizan para trasladar información; las células musculares para contraerse. Esto último es lo que estaba ocurriendo con las ancas de rana de Galvani. 

Pero vamos a centrarnos ahora en lo nervioso. Y no particularmente en la neurona. ¿Cómo? ¿Hay otras células del sistema nervioso que no son neuronas? Si, bastante menos estudiadas, dejadas de lado por considerarlas meras “acompañantes”, están las células de la glía. En un momento se pensó que simplemente funcionaban como una especie de pegamento entre neuronas (de ahí el nombre, por glue). Hasta que se observó que ¡había muchas más células de la glía que neuronas! Una de sus funciones consiste en generar la “vaina de mielina”: un revestimiento del axón de las neuronas, un aislante, que aumenta la eficiencia y velocidad de la transmisión de la señal que viaja por él.  También tienen otras funciones, pero una interesante es que funcionan de guía para las neuronas en su crecimiento, permitiendo que sea directo hacia el punto de destino, donde hay mayor concentración de ciertas sustancias. 

Hasta ahora vimos que la información entra por las dendritas, se procesa en el soma y viaja rápidamente por el axón, que está cubierto por este aislante que forman las células de la glía, hasta llegar al terminal. Y acá viene el punto clave: ¿cómo pasa la información de una neurona a la otra?

Diego nos cuenta de un hombre llamado Charles Sherrington, quien calculó cuánto tiempo tarda la información en viajar en forma eléctrica desde un cierto estímulo en un nervio de la pata de un perro hasta que se realiza el movimiento de la pata. Para su sorpresa, tardó más de lo esperado si la transmisión eléctrica era continua. Otra prueba más a favor de Ramón y Cajal con su teoría de la contigüidad. Este “retardo” ocurría al pasar la información de una célula a otra, una especie de charla, que se conoce como sinapsis. La sinapsis termina siendo tanto el lugar donde charlan como el mecanismo por el que charlan. Pero solo hay retardo en un tipo de sinapsis, la química, en la que las células no están en contacto directo, sino que hay un pequeño vacío en el medio. Entonces, si hay una forma más rápida (cuando las neuronas están en contacto, llamada sinapsis eléctrica), ¿qué ventaja tiene usar una forma más lenta? La ventaja es ser altamente regulable. 

¿Cómo es esta charla?

  • Primero se fabrican las “palabras” (neurotransmisores).
  • Después se almacenan en “bolsas” en el terminal para no degradarse (vesículas).
  • Cuando llega una señal eléctrica al terminal desde el axón, las “palabras” se expulsan.
  • Para ser oídas, las “palabras” tienen que llegar a las “orejas” de la siguiente neurona especializadas para “escuchar” ese “sonido” (receptores).
  • Terminación de la acción. Es importante que la neurona que escucha (postsináptica) no se quede escuchando la misma palabra indefinidamente. Por ejemplo, si alejo la mano de una vela, es importante que deje de sentir calor. Una forma de hacer esto es que la neurona pre-sináptica recapte al neurotransmisor. 

Justamente en estos pasos de la sinapsis se basan la psico y neurofarmacología. Algunas drogas aumentan o inhiben la síntesis de algún neurotransmisor, retardan la terminación. Por ejemplo el Prozac, usado para ciertas depresiones en las que hay bajos niveles de serotonina, inhibe la recaptación de este neurotransmisor, haciendo que éste actúe por más tiempo.

El origen de la farmacología está en sustancias naturales que tenían un efecto beneficioso ante cierto malestar o enfermedad. Con el tiempo, se comprobó ese efecto y se identificó a la molécula que lo causaba. ¿Por qué habrían estas cosas tenido un efecto en el cuerpo? Seguramente porque tenemos receptores para estas sustancias (“orejitas”). Con el tiempo estos receptores efectivamente se fueron encontrando, sin embargo quedaba una pregunta importante. ¿Por qué una persona tendría receptores para el opio, el cannabis o el Valium, una benzodiacepina sintética? Lo que se encontró es que nuestros propios cuerpos producen sustancias muy parecidas a éstas, y nuestros receptores no las saben distinguir muy bien. El efecto del cannabis en el cuerpo, por ejemplo, sería similar al de un gran aumento de los endocannabinoides (un neurotransmisor que produce nuestro propio cuerpo normalmente). Los bebés se duermen después de tomar leche materna, porque esta contiene benzodiacepinas endógenas, similares al Valium. 

Diego también contó acerca de  las distintas metodologías que hay para estudiar la actividad neuronal.

  • Para estudiar la actividad de una neurona, se le puede conectar un voltímetro. Pero claro, esto en personas vivas no es una posibilidad agradable.
  • Pero, aunque algo menos preciso, se podría poner un electrodo del voltímetro en la parte externa de la neurona, dado que su exterior cambia coordinadamente con su interior. Esto solo se puede hacer si hay un agujero en el cráneo. Hay varios experimentos con personas con estos agujeros, que se realizaron por diversos temas médicos. Así, por ejemplo, un investigador argentino, Rodrigo Quiroga, identificó la neurona “Jennifer Aniston”, unas neuronas que se activaban ante la imagen o voz de la actriz. Este tipo de neuronas son llamadas “neuronas de concepto”.
  • Electroencefalograma. Una técnica muy antigua, y bastante conocida, muy usada hoy en día por ser no invasiva. Poniendo electrodos en el cuero cabelludo, se puede medir la actividad del grupo de neuronas que está justo abajo. 
  • Resonancia Magnética Funcional. Mide la actividad metabólica del cerebro, que está asociado a su vez con su actividad sináptica. Un experimento que nos cuenta Diego, es pedirle a personas en estado vegetativo que imaginen distintas cosas, ¡y observan cómo se prenden distintas zonas del cerebro!
  • Estimulación Magnética Transcranial. Objetivo: “escribir” el cerebro, no leer. Consta de un imán potente muy focalizado que se ubica en la parte de afuera del cráneo y altera la actividad cerebral temporalmente. 

No hay órgano del cuerpo que dé tanto para charlar como el cerebro. Y no todo lo que se dice suele ser cierto. Diego nos desmitifica algunas de estas afirmaciones, muchas de las cuales seguramente todos escuchamos alguna vez. 

  • “El cerebro humano es el más grande de todos”. FALSO.  No habrán visto nunca el cerebro de una ballena.
  • “… y más aún el del hombre”. FALSO. Es importante ver la relación con el peso corporal.
  • “El cerebro del hombre y el de la mujer son fundamentalmente distintos” FALSO. Es cierto que hay diferencias entre el cerebro promedio del hombre y el de la mujer, sin embargo, son cuestiones menores como respuesta a distintas hormonas; la esencia no es distinta.
  • “El cerebro es gris”. FALSO. Ya lo observamos en el encuentro anterior. Hay partes grises, rosas, blancas.
  • “Usamos solo el 10% de nuestro cerebro”. ¡No! Usamos todo nuestro cerebro, aunque no todo al mismo tiempo.
  • “Mozart te hace más inteligente”. Se observó que esta afirmación está basada en un paper trucho.
  • “Las drogas te agujerean el cerebro”. FALSO. Las drogas no generan daño mecánico.
  • “La gimnasia mental previene el deterioro cognitivo”. ¡No demostrado! 
  • “Neurona que para, neurona que cierra” FALSO. Existe neurogénesis.
  • “El cerebro está dividido en dos hemisferios: uno creativo y el otro analítico.”  Exagerado. Es cierto que hay funciones lateralizadas, pero el cerebro funciona como un todo. 
  • “Los zurdos tienen el cerebro invertido”. Sin comentarios.
  • “Existe la propaganda subliminal”. No muy probado.
  • “Todo va cuesta abajo después de los [inserte edad a la que se considera viejo]”. FALSO. No todo sigue un mismo ritmo.
  • “Tenemos cinco sentidos”. ¡Yo diría que más! Percibir cómo está posicionado mi cuerpo es un sentido.
  • “Los cerebro son computadoras”. ¡No, mucho más!
  • “Una charla sobre el cerebro debe ser un plomo”. Refutado dos veces ya.

Martín Iungman.