Desbloqueando caminos para explorar
2024 fue otro año de gran crecimiento para Baikal: Duplicamos la cantidad de miembros – ahora somos más de 2000 y estamos en 28 países-, sumamos nuevos profesores y nuevos contenidos, hicimos actividades presenciales en Ciudad de México, Santiago de Chile, Miami, Montevideo, Punta del Este, Córdoba, Mar del Plata, Buenos Aires, Madrid, Bilbao, A Coruña, Barcelona, Londres, Valencia y Roma.
En el Club de Inversores analizamos más de 100 compañías, sumamos el área de inversión en Impacto, para quienes quieren que su dinero financie cosas que le hagan bien al mundo, sumamos el ciclo «Intangible», para quienes están interesados en el mundo del lujo, del arte y de las marcas, en Comunidad Baikal leímos «La Divina Comedia», en la Escuela de Negocios estudiamos las ideas más potentes del liderazgo, desde Sócrates a Jeff Bezos. Vagamos por las ideas de Taleb y de Kahneman, de Descartes y de Borges, de Marco Aurelio y de Steve Jobs, de Elizabeth I y de Mary Shelley.
Todo esto es poco o es mucho, depende la vara con la que lo midamos. Pero lo que sin dudas fue muchísimo es la respuesta que recibimos de ustedes. Infinidad de mensajes, públicos y privados, contándonos cómo Baikal había impactado positivamente en sus vidas. En sus proyectos, en sus relaciones, en sus parejas, en la relación con sus hijos o sus padres, en el manejo de sus emociones, en su conexión con la vida, en nuevas amistades.
Me quedo con este párrafo que me escribió Bruno: «Lo mágico de Baikal es las puertas que abre en la mente de cada uno. Cómo cada pequeña o gran cosa a la que nos exponemos va desbloqueando caminos para explorar. Cada tema de cada clase es una invitación a pensar, a pensar de verdad y eso es increíblemente potente en un mundo que nos lleva todos los días al extremo opuesto».
Ojalá sea así. Si lo es, estamos hechos.
Este año se nos fue Meli. Podemos decir que fue la primera muerte de Baikal, porque, como uno puede encontrar a Platón en toda la filosofía occidental, uno puede encontrar a Meli en todo lo que hacemos en Baikal. Ella decía que somos una escuela de la vida. Un poco en chiste, porque quién somos para enseñarle a nadie a vivir. Pero un poco en serio, porque lo hicimos de verdad para entender cómo vivir mejor. Vivir mejor materialmente, vivir mejor por poder disfrutar del acervo cultural que heredamos de la humanidad y vivir más creativamente, con más «gusto», como diría Steve Jobs, porque intentamos poner todo lo mejor que hizo la humanidad en lo que hacemos nosotros.
Ojalá muchos hayan encontrado en Baikal ese tercer lugar que nos enseñó Mariana Jasper, ese lugar por fuera de la casa y del trabajo que le agrega una nueva dimensión a la vida. Ojalá ese tercer lugar se esté metiendo en el primero y el segundo, en las conversaciones de la sobremesa y en cómo hacemos nuestras obras.
Les agradezco esa hermosa caja de resonancia que son ustedes. Nadie puede cantar solo. Necesitamos un fogón y compañeros de ruta. Necesitamos abrazos para llorar cuando toca llorar y para cagarnos juntos de la risa. Y para explorar y para construir.
Feliz 2025.
Emiliano